Se presentan situaciones que nos hacen dudar: una ruptura de pareja, una enfermedad, la muerte de un ser querido, el fracaso, dificultades económicas, cambios inesperados, engaños. Existen diferentes circunstancias que llevan al límite y hace que nos surjan cuestionamientos y en ese punto encuentras dos caminos: te dejas vencer y sientes que has fracasado o te sobre pones y sales fortalecido.
Ser resiliente implica asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas con la mejor actitud, afrontar las crisis o situaciones traumáticas, estructurar los recursos psicológicos en función de los nuevos cambios, crecer, desarrollar el máximo potencial y evolucionar.
Para las personas resilientes no existe la palabra “la vida es dura”, simplemente existen momentos, es una manera diferente y optimista de ver el mundo, en donde el Ser Humano es el protagonista y asume el reto de sobreponerse a la adversidad, hay que buscar soluciones y hacer que las cosas sucedan, llevar todo a la acción es lo que permite trascender y mantener la alegría en la vida.
La resiliencia es algo que toda persona puede desarrollar, solo necesita modificar algunos hábitos y creencias, reconocer la palabra esfuerzo e insistir permanentemente, se demuestra que las personas más exitosas y resilientes, son las que han fracasado muchas veces en la vida y que a pesar de ello, se levantan e insisten en los objetivos planteados, no se dan por vencidos, siempre dan lo mejor de sí y han desarrollado habilidades para enfrentarse a los diferentes desafíos de la vida.
Inteligencia e innovación te comparte las siguientes estrategias para desarrollar la resiliencia, teniendo en cuenta que no todas las personas reaccionan de la misma manera frente a las situaciones traumáticas o de crisis, te compartimos para que selecciones aquellas que más se ajustan a tu necesidad.
Establece relaciones de apoyo dentro y fuera de la familia.
Evita ver las crisis como obstáculos insuperables, nada es para siempre y aunque no lo creas las cosas tienen solución.
Flexibiliza tu pensamiento- cultiva el optimismo.
Camina hacia metas u objetivos específicos y claros.
Busca siempre oportunidades que permitan descubrirte a ti mismo.
Mejora tus habilidades comunicativas y establece acuerdos con otros.
Si realizas un ejercicio profundo, constante y consciente podrás tener un mejor manejo de las presiones, aprender de los errores, recuperarte rápidamente de situaciones difíciles, crecer y no dejarte vencer.
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