Las emociones juegan un papel vital en nuestros días, presta atención y aprende a gestionarlas.
La trascendencia de las emociones fluye decisivamente en la vida, aunque en muchas ocasiones no nos damos cuenta, sin embargo, la mayor parte de las decisiones tomadas son influenciadas por las emociones, puesto que el Ser Humano en nuestra cultura es más emocional que racional; ante esta realidad cabe resaltar que hay personas con un dominio emocional mucho más desarrollado que otras.
La inteligencia emocional está asociada con la capacidad cognitiva. Es necesario reconocer, entender y manejar las emociones propias, así mismo se necesita crear consciencia de las emociones así como el impacto que tiene en los demás.
Hay cuatro factores que es importante conocer para mejorar la regulación emocional, estos son:
Percepción: Implica comprender objetivamente las señales, como el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
Razonar las emociones: Promover el pensamiento en la actividad emocional.
Conocimiento de las emociones: Las emociones tienen variedad de significados, hay que interpretar la causa y lo que podría significar, para así tener un acercamiento a los motivos que nos llevan a reaccionar de una u otra manera.
Gestión de las emociones: La regulación- autodominio saber cuándo y cómo responder, realizar un ejercicio contante de autoconsciencia y/o autococimiento.
La gestión o regulación de las emociones te permite no descontrolarte ante los retos cotidianos que se presentan como comentarios imprecisos causados por tus compañeros de trabajo, familia o pareja, la conducta problemática de tus hijos, las presiones, tu edad y los cambios de tu cuerpo, hacer filas o estar en un trancón.
Cuando tus emociones se agitan tomas decisiones poco acertadas, sin embargo, cuando se aprende a regularlas, se controlan y logras autonomía emocional desarrollando habilidades sociales, empatía.
Para lograr la gestión o regulación emocional es necesario que aprendas, a reflexionar aplica las herramientas de autoconocimiento diseñadas para potenciar la inteligencia emocional.
Autoconocimiento: Reconoce tus sentimientos y emociones, tus capacidades, tus fortalezas y puntos de mejora.
Regulación emocional: Realiza reflexiones diarias, detectando las emociones (efímeras – duraderas) y así determinar la manera en que te relacionas con el entorno.
Realiza respiraciones: Respirar siguiendo la línea de inhalación, sostenimiento, exhalación, te permitirá oxigenar pulmones y cerebro, logrando tranquilidad y relajamiento del cuerpo y pensamiento.
Distrae tú atención hacia un asunto concreto: Al distraerte, bloqueas tus estados emocionales antes de que suceda la situación, esta herramienta permite que te desvincules de la emoción negativa, centrando tu atención en pensamientos naturales y positivos.
Realiza ejercicios de yoga: La meditación disminuye los pensamientos negativos repetitivos, reduce la ansiedad y libera las tensiones corporales.
Escribe un diario de tus emociones: Esta herramienta permitirá reducir la recurrencia de pensamientos negativos, controlar las reacciones y empezar a dominar las emociones. (situación - ¿qué pasó?, Emoción - ¿Qué sentí?, conducta - reacción – qué hice?
Con estas herramientas podrás empezar un proceso de gestión y regulación de tus emociones, cuanto más consciente seas de lo que estás haciendo, más capacidad de regular tus emociones tendrás y por supuesto no olvides que las emociones le dan color a tú vida.
Inteligencia e Innovación SAS.
Consultoría Especializada en Gestión Humana